CASEROS… Por Juan Perón

El general en Jefe del Ejército de Operaciones argentino,  para la guerra contra el Brasil, Don Justo José de Urquiza, entra en tratativas con el enemigo, para pasarse a él, y arrastrar las tropas que el país ha puesto bajo su mando y responsabilidad. Así también, todos los pertrechos y armamentos a su disposición.
Por supuesto que las negociaciones son lentas y “secretísimas”. La posición de  Urquiza, al mando del ejército más poderoso de esta parte de Sudamérica, en esos momentos, le da una carta de triunfo que sólo está dispuesto a entregar a muy alto precio. Sobre todo dinero. Mucho dinero.
Y además la flota del Brasil, que es indispensable en este caso. Con la del almirante Brown no puede contar. El Almirante no “se vende”.
La coordinación y el “manejo” de las tratativas, desde luego que está, como siempre, a cargo de los exiliados argentinos de Montevideo. Rosas, que ignora todo esto, declara formalmente la guerra al Brasil.
Urquiza se pronuncia en marzo de ese mismo año contra Rosas. Ya ha “arreglado” con el Brasil. Acto seguido, entra en el Uruguay para atacar al ejército de Oribe que sitia Montevideo y permanece leal.
En cumplimiento de lo “pactado”, las tropas del Brasil cruzan la frontera y entran también en el Uruguay. Las comanda el Marqués de Caxias.
No hay batallas. Oribe nada puede contra esas tropas. Entrega su ejército y se le permite retirarse. Otra cosa no podía hacer. Traicionado por Urquiza, el país queda desguarnecido.
Rosas ha perdido en dos meses, sus dos mejores ejércitos.
Se dirige precipitadamente a Santos Lugares, a organizar una fuerza en base a tropas reclutadas a último momento y sin ninguna experiencia, la mayoría de ellos.
Pero, dice, ‘Buenos Aires no se entregará al extranjero sin luchar’. Desoye el consejo de sus generales de internarse en el interior y esperar los refuerzos de los caudillos, que le son adictos en su totalidad.
Urquiza, con su ejército reforzado con las tropas tomadas a Oribe, con más, las tropas del ejército brasileño, emprende el camino de Buenos Aires, Cuenta con casi 40.000 hombres. Antes de movilizarse ha exigido que se le de “todo el dinero prometido”.
Se le da la mayor parte, “el resto” al entrar en Buenos Aires. Quedan en el Uruguay 12.000 hombres del Brasil. Por las dudas.
Ante la entrada de las tropas brasileñas al territorio argentino, Rosas recibe numerosas adhesiones. Entre ellas la de varios jefes unitarios, que se sienten “repugnados” por lo que está ocurriendo y vienen a ofrecer sus espadas para luchar contra el extranjero y contra los traidores.

La batalla se dio en Morón. Las fuerzas nacionales poco pudieron hacer contra un enemigo que las duplicaba en número y armamentos.
La historia escolar, la conoce como de Caseros, porque los brasileños exigieron que así se llamara, dado que a la División de ese país le tocó pelear en un sector conocido como “Palomar de Caseros”.
En la historia de Brasil, se la llama ‘la revancha de Ituzaingó’ y “fin de la guerra contra Argentina”.
En todas las ciudades de ese país, hay una calle o avenida que lleva su nombre. Es lógico!
Lo realmente increíble, es que en Buenos Aires y varias ciudades del interior, también hay calles que se llaman así.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Necesitamos comprobar que el mensaje no es spam * Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.