Gelbard, José Ber (1916-1977) – Biografía

JOSÉ BER GELBARD (1916-1977)

Nace en Polonia, el 14 de abril de 1916. A los 14 años, pisa suelo argentino y se afinca con su familia en Tucumán. (En 1949, adquiere ciudadanía argentina). A los 20 años se traslada a Catamarca, donde se dedica a actividades comerciales. Manifiesta, desde su juventud, inquietudes políticas que lo llevan a mantener vínculos, al mismo tiempo, con el radicalismo y con dirigentes del Partido Comunista.

En 1942, es elegido delegado por la Cámara de Comercio de Catamarca, ante el Consejo Central de Comercio de la República Argentina. En 1945, pasa a ser presidente de la Federación Económica de Tucumán.

En 1946, Gelbard se halla alineado con la Unión Democrática y recién en 1950 se vincula a Perón, el mismo año en que obtiene un importante premio de lotería: 100.000 pesos, que le permite ampliar sus actividades y trasladarse gradualmente al ámbito de la industria. Así, a fines de 1951, se suma a un negocio de la familia Madanes: la empresa de neumáticos FATE.

Por entonces, el presidente Perón se preocupa por cohesionar a los empresarios nacionales, convocándolos a que se organicen gremialmente. De allí nace la Confederación General Económica (CGE) que adquiere personería en diciembre de 1953. Gelbard aparece entonces como la figura más importante de esa Confederación.

Tan es así que Perón considera que se halla en presencia de un nuevo Miguel Miranda y lo convoca a asistir a las reuniones de gabinete, entendiendo que la participación de los empresarios nacionales resulta fundamental para su “comunidad organizada”.

En marzo de 1955, funciona el Congreso de la Productividad, integrado por representantes de CGE y CGT. Gelbard desarrolla allí un rol importante en su condición de “burgués nacional”, con lucidez para entender la necesidad del Pacto Social con los trabajadores, al tiempo que el gobierno los proteja con tarifas aduaneras y créditos baratos, pero también capaz de reclamar mayor productividad y sostener que debe acabarse con esas situaciones donde una comisión interna de fábrica paraliza las actividades de una empresa con un solo silbato, pues la propiedad, según su criterio, debe ser respetada.

Meses después, al producirse el derrocamiento de Perón, los empresarios nacionales sufren la acción discriminatoria de los viejos poderes conservadores. Ahora, Aramburu disuelve la CGE y Gelbard sufre la intervención de sus bienes y es, además, inhabilitado. El levantamiento de la interdicción sobre sus bienes y la posibilidad de volver a desempeñar sus actividades le llega recién en 1958, con el gobierno de Frondizi.

En años posteriores, aumenta su inversión en FATE, funda una financiera, amplía sus negocios y actúa como lobbysta o gestor de negocios, con muy buena fortuna. Su patrimonio ya está cercano a un millón de dólares.

Poco más tarde, se vincula al gobierno de Lanusse y avanza en la puesta en marcha de ALUAR, empresa de fabricación de aluminio, intentando mediar en las negociaciones políticas. En 1973, Cámpora triunfa en las elecciones y lo designa ministro de Economía.

En la misma óptica de la política económica de 1946, considera necesario impulsar la industria desplazando recursos del campo, para lo cual establece precios máximos a los productos agropecuarios y regula la comercialización de las carnes, al tiempo que persigue controlar la inflación y establecer el pacto social entre empresarios y sindicatos.

Asimismo, renacionaliza bancos, restablece las “Juntas” para controlar el comercio exterior y forma una corporación de empresas estatales, al tiempo que vuelve a la nacionalización de los depósitos bancarios. También pone en marcha un Plan Trienal. En los fundamentos de esa política económica, Gelbard expresa que es necesario “general una nueva distribución del ingreso nacional y un desarrollo económico no sujeto a la dependencia externa”. Ante un periodista, Gelbard explicita su posición: “Los empresarios nacionales queremos un país sin centralismo, con todas sus regiones en expansión plena, como medio para crear un mercado interno constituido por las necesidades reales de 24 millones de habitantes, un agro altamente tecnificado y sus industrias básicas y manufactureras desarrolladas intensivamente. Todo ello en un marco de políticas con sentido nacional, elaboradas con participación de todos los sectores sociales, orientadas hacia un mayor equilibrio y bienestar social y celosas guardianas de la independencia del país para adoptar sus propias decisiones”.

Al asumir Perón su tercera presidencia –el 12 de octubre de 1973-, lo confirma a Gelbard como ministro de Economía. Entre 1973 y 1974, su gestión se caracteriza por la “inflación cero”, la apertura hacia países socialistas y la ruptura del bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba a través del envío de rodados y el otorgamiento de crédito. En materia agraria, su equipo –especialmente, Horacio Giberti- elabora el proyecto de Ley de Impuesto a la Renta Normal Potencial de la Tierra dirigido a forzar una mayor productividad por parte de los productores agropecuarios o en su defecto, aplicar expropiaciones. Pero los gravísimos antagonismos dentro del movimiento peronista dificultan la aplicación de una política de crecimiento y redistribución de ingresos, tal cual se ha proyectado. Gelbard sufre, por entonces, la animadversión del “lópezrreguismo” –que lo sindica de “judía” y “comunista”- lo cual dificulta su gestión.

Fallecido el General Perón el primero de julio de 1974, su situación se complica. Para los jóvenes del peronismo de izquierda, Gelbard es un empresario capitalista y para la derecha, comandada por López Rega, constituye un peligro “rojo”, de tal manera que “tanto para unos como para otros, pasó a ser un burgués maldito”. De ahí su caída, en octubre de 1974, siendo reemplazado por Gómez Morales.

Luego, poco antes de producirse el golpe militar del 24 de marzo, viaja al exterior. En Cuba, Castro lo recibe como a un amigo, manifestándose muy agradecido por la política argentina de ruptura del bloqueo. Pasa luego a Méjico y finalmente a Estados Unidos, donde enferma gravemente. Iniciada la dictadura militar en Argentina, se solicita, a Estados Unidos, la extradición de Gelbard, pero ésta no es otorgada. Sus bienes son interdictos e incluso se le quita la ciudadanía. El 15 de julio de 1977 se disuelve la CGE y todas sus entidades sectoriales.

María Seoane afirma que Gelbard “fue demonizado y expulsado de la Argentina como un maldito, como jamás un burgués, porque nunca, antes, un ministro argentino había sido despojado de su ciudadanía”.

Fallece el 4 de octubre de 1977. Con posterioridad, al reinstalarse la democracia formal, en época de Alfonsín, se le devuelve la ciudadanía. Luego, bajo el gobierno de Menem, su familia –a través de su hijo Fernando- recupera los bienes interdictos.

Fuente: Norberto Galasso, Los Malditos, Tomo I, página 186. Ediciones Madres de Plaza de Mayo


Para descargar en nuestra Biblioteca Digital:

  • Política Económica y Social: Ruptura de la Dependencia. Unidad y reconstrucción nacional con Justicia Social para la Liberación – José Ber Gelbard
  • Las Organizaciones Empresarias en la Evolución Argentina – José Ber Gelbard
  • Audio presentación del Min. de Economía José B. Gelbard de la Ley de Promoción Industrial

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