VOLVER A PERÓN (III) – Por Héctor Amichetti

Las profundas diferencias que se expresaban hacia el interior del Movimiento no impidieron que las urnas reventaran de votos peronistas aquel domingo 23 de septiembre del ’73.

Juan Perón obtuvo más de siete millones de votos (61,8%), asestando una contundente derrota a la fórmula radical Balbín-De la Rúa.

El pueblo consagraba así, por tercera vez, al viejo líder como Presidente de la Nación.

A 44 años de aquel acontecimiento vale rescatar un párrafo de su discurso al cerrar la campaña electoral.

«La clase trabajadora argentina ha dado pruebas irrefutables de su madurez, de su paciencia y su tolerancia durante largos años de necesidades insatisfechas y abusos incalificables. Está entonces libre de toda calificación de avaricia cuando reclama para sí una mayor participación en el producto del trabajo común. Como es indiscutible el derecho que ella tiene a la defensa de los intereses profesionales y a las aspiraciones de una vida mejor. Es preciso entender que hoy GOBERNAR ES CREAR TRABAJO, porque no es concebible que en un país como el nuestro donde todo está por hacerse, exista un millón de hombres que no tengan ocupación».

En línea con esa concepción tan simple y al mismo tiempo tan profunda, aquel gobierno peronista puso en marcha el «Plan trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional».

Entre otros objetivos se proponía alcanzar en el año 1977 plena ocupación y una participación de los trabajadores del 47,7% en la distribución de la riqueza (recuperando la participación alcanzada en setiembre del ’55 cuando Perón fue derrocado).

Resulta ilustrativo recordar algunas de las importantes leyes aprobadas entre 1973 y 1974 que apuntalaban el proyecto de Desarrollo Nacional sobre la base de la Independencia Económica para garantizar Justicia Social.

Mediante las leyes 20.560, 20.568 y 20.545 se fortalecía a la pequeña y mediana empresa, se promocionaba la industria estimulando el uso de tecnología local y se regulaba el trabajo y la producción nacional.

La creación de la Corporación para el Desarrollo de las PYMES perseguía el fin de apoyar proyectos con capitales nacionales orientados a cubrir necesidades prioritarias del país.

La ley 20.557 regulaba la entrada de capitales extranjeros poniendo razonables restricciones al giro de utilidades.

La ley 20.627 ponía en marcha una reforma impositiva.

Las leyes 20.535 y 20.573, sancionadas en ese mismo mes de septiembre de 1973 disponían la nacionalización parcial del comercio exterior. El Estado, a través de la Junta Nacional de Granos, intervenía en control y fijación de precios.

La ley 20.557 ponía a la actividad financiera a resguardo de la presión de las Corporaciones trasnacionales y la ley 20.520 nacionalizaba los depósitos de todas las entidades bancarias y disponía que el Banco Central de la República Argentina pasaba a ser responsable en la orientación del crédito.

También en septiembre del ’73 fue sancionada la Ley Agraria 20.538 que establecía un impuesto a la renta potencial de las explotaciones agropecuarias en base a la productividad normal.

Está ley debía entrar en vigencia en enero de 1975.

El proyecto de ley impulsado por el gobierno de Perón que disponía la expropiación de tierras improductivas para convertirlas en propiedad del Estado o en Cooperativas, fue rechazado en el Congreso.

Se revaluó el peso argentino. Cuando asumió Cámpora la relación era un dólar=12,5 pesos, hacia fines del ’74 un dólar=10 pesos.

La desocupación que en marzo del ’73 era del 6,1%, a fines de 1974 se había reducido al 2,5%.

En su último mensaje al pueblo, unos días antes de su muerte, Juan Perón denunció:

«Algunos diarios oligarcas están insistiendo con el problema de la escasez y el mercado negro…No hay que olvidar que los enemigos están preocupados por nuestras conquistas, no por nuestros problemas. Ellos se dan cuenta de que hemos nacionalizado los resortes básicos de la economía y que seguiremos en esa tarea sin fobia, pero hasta no dejar ningún engranaje decisivo en manos extranjeras».

Un par de años más tarde, en su edición del 13 de abril de 1976, el diario Clarín reproducía un comentario del periódico inglés «The Economist:

«Juan Perón está muerto, la Junta Militar ya no deberá competir con el rey instalado del otro lado del Océano. Videla puede esperar en forma razonable que el peronismo se rompa en mil pedazos».

Hermoso y soleado este 23 de septiembre de 2017.

¡Día Peronista!

De un tiempo en el que el Movimiento reconstruye su Unidad.

 

Héctor Amichetti / Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense

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