Troxler, Julio (1926 – 1974) – Biografía

JULIO TROXLER (1926 – 1974)

Julio Tomás Troxler nació el 19 de noviembre de 1926 en la localidad de Florida, Vicente López, Provincia de Buenos Aires. A los 18 años ingresó en la Escuela de Policía “Juan Vucetich” y en 1955 se retiró de la institución policial bonaerense, con el grado de oficial inspector.

Tras la caída del gobierno peronista inició su lucha en la resistencia popular contra los gobiernos oligárquicos y entreguistas que sucedieron a aquel. Por este motivo cayó detenido en octubre de 1955. Meses después, participó junto a sus hermanos Bernardo y Federico, suboficiales del ejército, en la rebelión que encabezan los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, y que estalló el 9 de junio de 1956, viviendo un episodio memorable cuando pudo escapar de la matanza de José León Suárez.

En esa ocasión, las fuerzas represoras, bajo la conducción del teniente coronel Desiderio Fernández Moreno y la ejecución del comisario Rodríguez Moreno, asesinan a varios militantes peronistas detenidos el día anterior. Después de esa fuga, pudo refugiarse en Bolivia, desde donde continuó su lucha, manteniendo contactos clandestinos con John W. Cooke. Al volver, sufrió nuevamente la prisión y conoció la picana eléctrica.

Por medio de una carta fechada el 16 de octubre de 1958, en Ciudad Trujillo, el General Perón delega toda la conducción política y táctica del movimiento Peronista en el país en el Consejo Coordinador y Supervisor del peronismo del cual Julio Troxler era uno de sus 15 miembros.

Durante esta primera resistencia peronista (1955-58) Perón, desde el exilio, mandaba los “pecinco”, que en general, eran instrucciones puntuales a los comandos guerrilleros. Julio Troxler, entre otros, fue un personaje clave en la interconexión de los diferentes grupos, que chequeaban rigurosamente los mensajes recibidos antes de ponerlos en práctica en el conjunto del movimiento peronista.

La lucha recomienza al momento de hacerse evidente que Frondizi no cumplirá lo pactado con Perón. Los grupos de militancia formados en La Plata que habían quedado en un compás de espera, volvieron a accionar. El sistema funcionaba como una cadena, desde el robo de materiales hasta la entrega a las células encargadas de realizar los operativos, todos los grupos tenían su tarea; la de Julio Troxler era, entre otras, preparar los relojes para las bombas de tiempo.

Durante todo este largo período de las resistencias peronistas (1956 – 1973), fue detenido, secuestrado y torturado en varias oportunidades.

En 1971, Jorge Cedrón decidió filmar “Operación Masacre” y durante 1972, en la clandestinidad, bajo el gobierno militar del General Lanusse se llevó adelante su filmación. Operación Masacre fue estrenada ya en democracia el 27 de septiembre de 1973, según guión de Rodolfo Walsh y el mismo Jorge Cedrón. En la película, Julio Troxler fue invitado a hacer de él mismo, (…) una militancia de casi 20 años autorizaba a Troxler a resumir la experiencia colectiva del peronismo en los años duros de la resistencia, la proscripción y la lucha armada, a decir del mismísimo Rodolfo Walsh. (…)

Tras el triunfo popular de 1973, fue designado, por el gobernador Dr. Oscar Bidegain, subjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, cargo del que hizo uso el mismo 25 de mayo ante las autoridades de la Unidad Penal Nº 9 de La Plata para obtener la libertad de los presos políticos que en ella se albergaban. (…) Permaneció sólo 85 días en el cargo. El 20 de agosto de 1973 presentó su renuncia al gobernador Oscar Bidegain, en estos términos: “A su requerimiento y por mandato de mi conciencia, elevo a usted la renuncia al cargo de Subjefe de Policía. Al asumir la función conocía las limitaciones que las circunstancias imponían al nuevo gobierno como consecuencia de un estado de postración económica reflejado, entre otras injusticias, en la dramática presencia de un millón y medio de desocupados impelidos por lo tanto a delinquir. Tampoco ignoraba la incidencia negativa de esta injusta situación de despojo, sufrida por tantos argentinos, sobre el ejercicio de la función policial. Precisamente, por estas razones es que imprimí a mi gestión el sello definido y propio de una experiencia forjada a lo largo de la lucha junto a los humildes, contra los poderosos y enfrentando a los mercaderes, en el pueblo y con el pueblo, del brazo con los que no especulan, con los que se equivocan, pero sin dobleces. Consecuente con esa causa –que es la causa peronista- el cargo al que renuncio no fue para mí otra cosa que un nuevo destino de los muchos que el movimiento peronista me asignó y he aceptado siempre con orgullo militante, sin reparar en rangos o jerarquías. De allí que esta renuncia no signifique para mí más que un cambio de destino, para continuar la tarea desde cualquier lugar, siempre fiel a los que regaron con su sangre el camino de la liberación nacional. Saludo al señor Gobernador con la mayor consideración”.

Luego de un breve pasaje por el diario “Noticias”, (órgano de expresión no oficial de la organización Montoneros) en el que se desempeñó como jefe personal, fue nombrado subdirector del Instituto de Estudios Criminalísticos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, dependiente de la Universidad de Buenos Aires.

Por entonces, Pino Solanas lo invita a participar de otro clásico del cine militante, “Los hijos de Fierro” (1974) película que recién pudo ser estrenada el 12 de abril de 1984 (…)

En la mañana del 20 de septiembre de 1974, fue secuestrado en las inmediaciones de la Facultad de derecho, cuando se dirigía a una concentración que se realizaba en la Plaza de Mayo. Cerca del mediodía, el grupo paramilitar de la “AAA” que lo había secuestrado, lo asesinó, acribillándolo por la espalda, junto al paredón del Ferrocarril Roca, en el Pasaje Coronel Rico al 700, esquina Suárez y Vieytes del Barrio de Barracas (para dar parte público de su acción terrorista el comando de la “AAA” envió a la prensa una foto del documento que habilitaba a Troxler a ingresar en la residencia del General Perón en la calle Gaspar Campos). (…)

Fuente: FERNANDO ARCARDINI – LOS MALDITOS – VOLUMEN II – PÁGINA 374. Ediciones Madres de Plaza de Mayo