Último mensaje navideño del Gral. Perón

Peron1973

Argentinos:

Hoy, 24 de diciembre de 1973, no he querido dejar pasar la Nochebuena sin llegarles con un mensaje, no del Presidente de la Nación, sino de un hermano que anhela la felicidad de todos y trabaja sin descanso para lograrla.
El mundo vive horas inciertas. En todas las latitudes de la Tierra están sucediendo fenómenos nuevos cargados de peligros y amenazas, producto de la insensatez de los hombres y aberración de los sistemas que ellos mismos han puesto en marcha.
Nuestro país anhela tomar otros caminos que lo alejen de la acechanzas de un destino incierto a que puede conducirnos una conducta semejante. Por ello ha cesado la lucha y hemos retomado la paz y al trabajo redentor. Debemos volver a la Constitución y a la ley, que es lo único que puede conducirnos a la libertad que deseamos y a la grandeza que anhelamos para nuestra Patria.
Ya no podemos pensar en pequeñez, hagamos triunfar al país, que cuando el país se realice, todos los argentinos tendrán oportunidad de realizarse. Nosotros queremos que las futuras generaciones de argentino sepan sonreír desde la infancia y eso sólo puede ser producto de la felicidad del pueblo, que todo lo merece. Luchar por esa felicidad y por la grandeza de la Patria es un deber irrenunciable de cada argentino.
Tenemos un país de una inmensa riqueza potencial, sólo nos queda real izarla y para ello lo único que necesitamos es paz y trabajo. Que la fuerza que nos mueva sea el amor en todas sus formas y que la Unidad Nacional y la solidaridad patriótica sean las piedras sillares en que asentemos el principio y el fin de nuestro destino.
La riqueza podrá ser poderosa, pero sin estabilidad social será extraordinariamente frágil.  Por eso nosotros queremos dar al país un gran riqueza consolidado por un perfecto equilibrio social.
No se nos escapa que estos objetivos serán interferidos por los enemigos del orden, los agentes del odio y los intereses espurios. Pero si todo el pueblo decide a luchar por ese destino, no habrá fuerza capaz de doblegar su empeño.
Confieso que mi mayor felicidad en estas fiestas es la de comprobar todos los días, en mi paso por las calles de la ciudad, esa alegría que no suele engañarme .
Sé que tenemos problemas, pero también sé ,que con el apoyo organizado del pueblo no hay problemas que no tengan solución. Los que aprendan a tener fé en el pueblo jamás llegaran a verse defraudados.
Doy gracias a Dios de que, en mis últimos años me haya permitido hacer algo por lo que más quiero, mi Pueblo y mi Patria.
Entrando en el día del Redentor, de frente a mi Patria, deseo hacer llegar a todos los argentinos mis mejores deseos de felicidad y la paz necesaria que nos permita trabajar unidos y solidarios para una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación Argentina

24 de diciembre de 1973

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